TE SIGO EXTRAÑANDO


Cuantas veces toque tu rostro por las noches
te mire a los ojos y te ame
cuantas noches te anhele junto a mí…
y odie la distancia por no tenerte aquí.

Cuantas veces el llanto fue mi refugio
enloqueciendo al escuchar tu voz
cuando decías te amo, y yo...
volando en la alegría del momento.

__ me pregunto
cuantas noches seguiré extrañándote
cuantas noches más durará el sonido
de esta lejanía extrañándote
cuantas más…
cuantas…

Oh... cuantas veces le implore a Dios
que un día fueras para mí…
que juntara tus labios como aquella noche
cuando toque tu puerta y nos besamos como locos...
oh... y al amanecer
se derritieran las imágenes en mis ojos
solo fuiste parte de un sueño…

__ me pregunto otra vez...
cuantas noches seguiré extrañándote
cuantas noches más durará el sonido
de esta lejanía extrañándote
cuantas más…
cuantas…


Ruth Cavero.

ESTA NOCHE

 

Esta noche miraré mi ventana
y le cantaré a la luna hermana.

Esta noche me acordaré de mí…
y me diré cuanto me amo.

Esta noche seré mi madre, padre,
Y me abrazaré con ternura…
para no tener más frío.

Esta noche solo le hablaré a mis ojos dormidos,
Le pondré paisajes de paz y amor,
Para que las pesadillas no me despierten.

Esta noche cantaré con el palpitar
de mi corazón…
para saber que aún respira con amor.

Esta noche me devolveré la alegría,
Para no olvidar la razón de tanta
Filosofía.

Esta noche me querré profundamente
para sentir en mi ser, 
la intensidad del alma y corazón.

Esta noche me entregaré fortaleza.
Por las lágrimas que perdí,
me hablaré en susurros y sentiré
el temblor que falta en mi interior.

Esta noche seré tan mía…
besándome hasta el alma.
Caricias con perfumes de poesía.

Esta noche fluirá mi cuerpo
con toques de dulzura,
porque…
esta noche me amaré, tanto...
…como nunca nadie antes me amo.


Ruth Cavero.

SI LAS GOTAS DE LLUVIA NO MOJARAN...


Si aun cayeran mis lágrimas con cada hoja
de aquel antiguo árbol… se secaría el cielo
y no habría más lluvia para crear esperanza.

Si aquel sol no alumbrara en mis mañanas,
mi alma vagaría moribunda….
Por las calles del olvido.

Si aquel otoño aun durara en mi corazón,
no entraría más que la tuerca oxidada del ayer
y cada pesadilla sería una tortura.

Si aquel mar azul no lavara mis heridas cada día,
mi cielo no tendría sol…
ni mis noches luna.

Si cada sueño de mi corazón no viviera,
me hundiría con mis lágrimas
y caería al pozo de la tristeza.

Si mi fe y mi voluntad no avanzaran,
mis temores amedrentarían gobernando mi mente
siendo presa fácil del miedo que sería mi ruina.

Si aquella mañana al mirar el llover de sus cielos
no me hubiera enternecido,
olvidaría que aún puedo ser parte de aquel cielo.

Si su noble corazón nunca hubiera latido para mí…
nunca entendería por qué se debe seguir sin mirar atrás,
y jamás sabría... que los sueños también se hacen realidad.


Ruth Cavero.

EL SUEÑO LARGO


Había dormido de largo...
sonreído al cansancio y a sus ojos pálidos,
avivado en ellos... la esperanza.

Había sentido el palpite de sus lagrimas,
de aquella helada en su vientre...
el alma pura de la luz

Había perdonado sus azotes,
su alma cruda, deseando su regreso...
había suplicado a Dios sus lagrimas de amor.

Había roto mi corazón...
para construir con él... ¡un cofre de dolor!
habíendo matado la esperanza aquí.

Sin pensar en un mañana... en nada, 
regresaría al fin…
aquella añoranza que llaman “felicidad”

ROMINA CAVERO.

UN TRECHO ANTES DE LA LUZ



Si las líneas de mis manos hablaran
y cada centímetro de mi piel marcada digiera
lo mucho que pase para llegar aquí…
el dolor, las tristezas y las penas
todas en un mar de llanto profundo en delirios.

Padecí de frio en mi propio corazón,
me inunde de soledad y vacio…
grandes heridas cavadas por mi propia tortura
me dolían a morir… como punzadas de espinas
que sangraban por las noches con mis lagrimas.

Mientras la luna alumbraba mi ventana
mis ojos se cerraban y lloraban para no ver la luz
y tan solo cubrirme de sabanas para no dejarla entrar mas
así fue… fui verdugo de mi propia alma
la fui aniquilando sin darme cuenta.

Una noche, un mañana…, una tarde quizá…
no lo recuerdo claramente pero nació de mi piel
la primera marca que hablo de mas por mi…
me abrió los ojos y me saco de la oscuridad,
y sentí él un suspiro en mi oído diciendo: mira… mira…
y voltee a ver con asombro, era yo… o lo que quedaba de mi.

Y la voz regreso y me dijo: esto eras tú y esto eres ahora
mírate y dime ahora… ¿Qué prefieres?, mire confundida, miedosa
y pude respirar un poco cuando lo vi asomar a mi…
vi entre tanta oscuridad un grano de luz que me ayudo a alumbrar
la cueva más profunda que jamás había visto en mi vida,
era mi propia tumba, cavada día tras día por mi sufrimiento y dolor…
era tan honda que no alcance a ver el final.

Y así fue, por fin después de tanto tiempo alguien me dijo en la cara
abriéndome los ojos a la fuerza, que esa niña muerta no era yo
si no un demonio malo que solo me asfixiaba para dejarme morir...
debería abrir las cortinas para dejar todo ese aire limpio cruzar,
y me lavo las herida del corazón… las cicatrizo con amor.

Me ayudo a sobrevivir desde la muerte en mi interior,
a tapar tan honda tumba de dentro de mi…
y pude ver el destino escrito en mi piel otra vez…
mi corazón latir, sentir otra vez... la verdad de un camino de luz,
de este destino que se escribe con mi sangre…
y se nota en cada fibra más profunda de mí ser...
mi alma y mi corazón.


ROMINA CAVERO.

AMOR... POEMA DE DOS



Quiero perderme contigo en la oscuridad de nuestras ideas
y en el mar de tus caricias encontrar el aliento,
luego…
ahogarme con tus suspiros,
fundirme en el sol y caer como luz cálida en tu cuerpo atleta.
desterradme después para robarte un beso…
y besar cada rincón de tus gritos bebiendo de tu sed de amor
llenándote de suspiros cuando la noche se aproxime
así iluminar tus días y noches con tu sed de ser mi orilla del mar
para bañar cada escondite de tu ser…
amarte nuevamente y a cada momento,
y yo…, te mezclare de sabores al abandonarme
en cada movimiento, en cada respiro,
gritando por los poros la pasión de amarte.
mientras…
saboreare el perfume de tu piel a cada instante
deseándote cada día más…,
luego caeremos como estrellas doradas a consagrar la magia
de esta eterna espera.
será el susurro que gritara por los dos,
es poema de dulce amor…
sensaciones que dicen y desvelan nuestras almas,
amando, gritando, saboreando versos al cantar…
es por eso…
que eres la estrella de luz que ilumina mi corazón…
y por eso, esa luz inundará tu alma,
y mis manos le danzaran a tus ojos esta melodiosa canción
de eterno sentimiento…,
entre los sabores ocultos de la lejanía y del pasado,
encontrémonos…
huyamos para darnos esa oportunidad de llegar a la luna,
cargarnos de su magia y recuperar los suspiros que abandonaron
y de las palabras que se perdieron en el olvido, rescatar solo aquellas
que nos harán felices…

M. M.  y  R.  C.